En la última parte del 2000, uno de nuestros voluntarios, miembro fundador de Quipunet, nos mando el mensaje de una posibilidad de donación de 600 (CPUs) computadoras, nuevas.  Estas computadoras no eran sistemas completos ya que les faltaba el monitor, teclado y ratón.  Seria la responsabilidad de Quipunet de completar los sistemas.

Con solo una cuenta mínima en el banco, se tenía que pensar como hacer.  Se formaron cuatro comités a cargo de la logística, recolectar los fondos necesarios para aceptar, embarcar, y completar esta donación.   Dos de los comités se formaron en el Perú, uno en North Carolina, y el cuarto en el Estado de Washington.  Uno de los comités en Perú tenía a su cargo buscar el método que le costara lo menos posible a Quipunet.  El otro comité tuvo la responsabilidad de encontrar fondos para completar las computadoras.  El comité en North Carolina tenía que coordinar la aceptación de la donación y el embarque de las CPUs.  El comité del Estado de Washington se encargó de buscar los costos de embalaje, papeleo necesario, etc. 

Al cabo de solo una semana, el primer comité en Perú reportó que había encontrado a EIGER, una ONG, que había propuesto el trueque de pagar por todos los gastos y hacerse cargo de la recepción de la donación, a cambio de 200 unidades. 

El segundo comité, mientras tanto, contactó a muchas escuelas, organizaciones, grupos de gente, clubes, asociaciones de padres de familia que estuvieran dispuestos a juntar el dinero necesario para completar estas CPUs para las escuelitas.  ¡Hasta los niños empezaron a donar sus propinas!

El proyecto Abraza una Escuelita se comprometió a completar 40 CPUs para donarlas a sus respectivas escuelitas abrazadas.  Inicialmente se pensó comprar los monitores, teclado y ratón en los Estados Unidos, pero el comité en Perú encontró precios muy buenos en Perú. 

A mediados del 2001 se había completado todos los pasos para aceptar, y mandar 543 CPUs.  El comité de North Carolina tomó este último paso de recoger y poner las CPUs en el contenedor que las llevaría a su destino.  El contenedor llegó al Perú, en abril de 2001 y se entregaron las 200 CPUs a EIGER.  Se completaron las 343 unidades que fueron luego distribuidas y donadas a 43 diferentes organizaciones y escuelitas, la mayoría en sitios rurales del Perú.